domingo, 27 de febrero de 2011
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Muchas veces lo digo, me pasa con la gente lo mismo que con los vestidos.
A veces veo uno feo y lo cojo y le doy una oportunidad. A veces los vestidos feos son muy bonitos puestos. Asi que con las personas es lo mismo. Les doy oportunidades en sus días más feos porque creo que todos lo merecemos.
Sin embargo hay vestidos, y personas, que pensábamos que estaban hechos a medida para nosotros y luego resultamos estar equivocados.
Igual que hay vestidos, y personas, que teníamos olvidados en el fondo del armario, y de la vida, y que al encontrarlos, nos sorprenden todavía más.
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