domingo, 30 de enero de 2011

A la altura justa de tus ojos.


Como una canción aun sin acabar te repites en mi mente de forma intermitente.
Tu, la musa de mi musica, por tus vaivenes me dejo llevar.
Como si este mundo fuera a terminar tu me besas con la fuerza de quién sabe qué tendrá muy medidas y  contadas ocasiones de hacer ese beso algo habitual.
Sobrevivo a base de viejas historias incompletas que no acaban por el miedo a terminar.
Oyendo tu voz en cada voz extraña, impregnando con tu esencia mis pasiones, mi verdad.
Tu, la luz que apaga todos mis temores, el lápiz que me escribe las canciones, la estrella que me sigue a donde voy.
Tu, la suerte que besó mi libertad, las letras con las que aprendí a cantar, tu ritmo es el que marca mis 
latidos.
Con las manos aun inquietas pienso en ti, pues te tuve entre mis brazos y otra vez te has vuelto a ir.
Indelebles son los surcos de tus dedos, que han marcado ya mi piel y mi pasión.
Luchame con besos, dejame ganarte. Reinventarnos a la vez será cuestión de práctica.
Bebe de la sed que siento al admirarte. Muérdeme las ansias pero sin cansarte.
Y a veces nos prestamos las cosas de valor y nos intercambiamos mientras que hacemos el amor el alma entre las manos los te quieros que me adornan las paredes de este cuarto al que me escapo a veces.

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